¿Desplazamientos durante la jornada laboral en moto, bicicleta o patinete? ¡Esto te interesa!

Publicado el: 31/10/2025
Por: Darío Pérez Sánchez. Dirección Técnica I+D. Mutua Universal
Lectura estimada 6 minutos

Mutua Universal ha realizado un estudio sobre la siniestralidad de los vehículos de dos ruedas en desplazamientos durante la jornada laboral, del que a continuación te presentamos los resultados más significativos.


1. Introducción

De acuerdo con los datos de ámbito estatal proporcionados por la DGT, en el año 2024 murieron 1.154 personas en accidentes de tráfico (en vías interurbanas), de las que 349 eran usuarias de bicicletas, vehículos de movilidad personal (VMP), ciclomotores o motocicletas, el 29’9% del total.

Tabla 1. Número de víctimas mortales por tipo de vehículo, destacando en rojo los datos relativos a vehículos de dos ruedas (DGT,2024)

Los vehículos de dos ruedas continúan siendo los más vulnerables, como muestra el hecho de que la motocicleta representa menos del 3% de la movilidad motorizada en España, pero acumula el 25% de las víctimas mortales. Entre los factores propios de la conducción, la velocidad excesiva estuvo detrás de 1 de cada 3 accidentes mortales de motoristas en carretera durante 2024, ocasionando en la mayor parte de los casos salidas de vía:

Tabla 2. Distribución de la tipología de accidente mortal más frecuente entre motoristas en carretera (DGT, 2024)

En el ámbito urbano las características de la siniestralidad son completamente diferentes debido a la menor velocidad y a la mayor densidad de circulación, de manera que la mayor parte de los accidentes se deben a la convivencia con otros vehículos y peatones, y al gran número de puntos críticos como son cruces, glorietas y semáforos.

 

Fotografía 1.  Servicios de emergencia prestando auxilio a un motorista accidentado (Fuente: La Vanguardia. Autor: Llibert Teixidó).

Las nuevas formas de movilidad, que han ganado protagonismo durante los últimos años, no son ajenas a esta vulnerabilidad, como muestra el incremento de víctimas mortales en 2024 frente a años anteriores.

La Seguridad vial laboral constituye uno de los ámbitos de actuación preferente al que, como Mutua colaboradora con la Seguridad Social, dirigimos la elaboración y difusión de códigos de buenas prácticas de sensibilización, y que complementan nuestros programas de asesoramiento, prevención y reducción de siniestralidad en seguridad vial, en el marco del plan de actividades preventivas.  En el mismo contexto, la Resolución EMT/4425/2024, emitida por el Departamento de Empresa y Trabajo de la Generalitat de Catalunya, determina en su programa de elaboración y difusión de códigos de buenas prácticas a desarrollar en 2025, la mejora de la prevención de los riesgos derivados del uso de vehículos de dos ruedas, como son, las motocicletas, ciclomotores, bicicletas y vehículos de movilidad personal en el entorno laboral.

En este marco se ha realizado un estudio que persigue conocer y analizar la situación de partida, identificar las diferentes casuísticas de la siniestralidad, los factores de riesgo asociados y las características de las personas usuarias de este tipo de vehículos en el ámbito y durante la jornada laboral.


2. Metodología

Del total de los accidentes laborales con baja médica gestionados por nuestra entidad entre los años 2021 y 2024 y a partir de los datos proporcionados en los partes de accidente de trabajo con baja médica comunicados al Sistema Delt@, se ha procedido a la identificación y selección de la muestra a estudiar en función de los siguientes criterios:

  • por “lugar del accidente”, con el objetivo de restringirlo a accidentes en desplazamientos dentro de la jornada laboral.
  • por “agente material”, para acotarlo a vehículos de dos ruedas, considerando para ello las siguientes codificaciones:

Se ha obtenido un total de 1.439 accidentes de vehículos de dos ruedas en desplazamientos dentro de la jornada laboral, un 15.8% (9.095) del total de accidentes laborales con baja por desplazamiento en jornada laboral identificados: 

Figura 1. Número de accidentes resultantes en cada una de las fases de depuración de los datos

A partir de los datos proporcionados en los partes de accidente, se ha procedido al análisis estadístico descriptivo de las variables sociodemográficas de la persona accidentada siguientes:  género, edad, oficio (según CNO) y tipo de contrato.  Respecto a características del accidente, se ha analizado el tipo de vehículo de dos ruedas, el día de la semana y la hora del día en que se produce el accidente. 

Así mismo, con el objetivo de determinar o interpretar las circunstancias del accidente y establecer una clasificación por tipología, se ha procedido a la consulta, lectura y análisis individualizado de la descripción literal de cada accidente incluida en el parte (campo libre de texto). La información analizada ha permitido definir una nueva variable a estudiar, “tipo de accidente”, para la que se han identificado las siguientes categorías en las que se ha clasificado cada uno de los accidentes:

  • Choque entre vehículos, discriminando si la responsabilidad recae sobre la persona accidentada o sobre una tercera persona.
  • Caída por circunstancias de la vía, detallando si el elemento que condiciona el comportamiento de la vía es la lluvia, aceite o algún otro tipo de residuo.
  • Caída por pérdida de tracción al circular o frenar, sin causa aparente en el estado de la vía.
  • Caída por necesidad de esquivar objeto o vehículo (sin choque).
  • Vehículo detenido, vuelco del vehículo sobre la persona sin desplazamiento.
  • Estado del vehículo, cuando una avería o deficiencia técnica ocasiona el accidente.
  • Indeterminados, aquellos en los que no existe información concluyente para establecer la clasificación del accidente.

3. Principales resultados

Se destacan a continuación los resultados obtenidos con mayor relevancia:

  • La mayor parte de los accidentes afectan a motocicletas (87%), mientras que los accidentes en bicicletas (8’2%) y patinetes (4’4%) son en comparación poco representativos.
  • El choque entre vehículos es el tipo de accidente más frecuente (25%), aunque si se consideran en conjunto los distintos accidentes relacionados con caídas desde el vehículo suman el 49% del total, distinguiendo las derivadas de circunstancias de la vía (21%), de pérdidas de tracción al circular o frenar (21%) y de la necesidad de esquivar un objeto o vehículo (7%).
  • El 4% de los accidentes se producen por vuelco sobre la persona mientras el vehículo no está circulando (vehículo detenido).
  • Los accidentes que no ha sido posible su clasificación (indeterminados) representan un 16%.  

La siguiente figura (2) muestra la distribución de estos resultados:

Figura 2. Porcentaje de accidentes por tipo de vehículos de dos ruedas durante la jornada laboral.

 

  • La distribución de los accidentes a lo largo de la semana es bastante regular, destacando de manera muy discreta los viernes (16,7%).  Los sábados y domingos representan un 15,1% y un 13,9% respectivamente.
  • Las franjas horarias comprendidas entre las 21h y 24h y entre las 14h y 16h aglutinan el 49,4% de los accidentes.  

          

Respecto a las características de las personas accidentadas:

  • Los hombres representan el 86%.
  • La edad media es de 36 años y el tramo de edad mayoritario (32,7%) el comprendido entre los 25 a 33 años.
  • Los resultados de la distribución en cuanto al oficio muestran una gran dispersión, donde destaca el oficio de conductor de motocicleta o ciclomotor (38.9%), seguido de ordenanzas, mozos de equipaje, repartidores a pie y afines (9.0%).
  • Por tipología de contrato los relativos a indefinido a tiempo parcial (40’2%), seguido del indefinido a tiempo completo (17%) comprenden más del 50% de los casos. 

 

  

 

Figura 3. Distribución de las variables sociodemográficas más relevantes

4. Recomendaciones

Motorista

Los vehículos de dos ruedas presentan una inestabilidad inherente a su diseño que los hace vulnerables a las irregularidades del terreno, a factores como la lluvia o el viento, y a errores en la conducción, tanto propios como de otros vehículos con los que compartan la vía. Son, por tanto, susceptibles a caídas, tal y como han evidenciado las cifras (49% de los accidentes analizados), pero también frágiles en caso de choque con otro vehículo (25% de los accidentes).

Asumiendo que las características del vehículo son un factor desfavorable para la seguridad sobre el que no es posible intervenir, las posibilidades de actuación para la reducción de la siniestralidad se deben concentrar en la persona conductora (conocimiento/habilidades y equipamiento de protección), en los aspectos técnicos y estado del vehículo (seguridad activa y mantenimiento preventivo) y en la sensibilización colectiva de todas las personas conductoras: 

Persona conductora

  • Formación específica para la conducción segura, con el objetivo de proporcionar conocimientos para comprender el comportamiento del vehículo y habilidades que contribuyan a mejorar su control, más allá de las estrictamente regladas para la obtención de los correspondientes permisos de conducción.
    En este sentido, partiendo del hecho que los accidentes analizados afectaron mayoritariamente a motoristas, hay que tener en cuenta que la conducción de una motocicleta de cilindrada superior a 125 cc requiere de disponer de carnet A (o A2) que implica superar una parte práctica que incluye pruebas tanto en circuito cerrado como en circulación en situaciones de tráfico real, pero la conducción de motocicletas de cilindrada inferior a 125 cc (hasta 11 Kw) está al alcance de cualquier persona que disponga de carnet de tipo B (de coche) con una antigüedad superior a 3 años. Aunque la formación específica mencionada anteriormente es recomendable en todos los casos, puede ser especialmente indicada en estos últimos conductores de coche que eventualmente conducen motos, aunque de menores prestaciones, pues hay que suponer que su situación de partida respecto al comportamiento del vehículo es menos favorable. 

Motorista
  • Medidas de protección individual. Dado que las caídas están detrás de la mitad de los accidentes analizados, no se puede ignorar la necesidad de utilizar un equipamiento de protección adecuado a las características del vehículo, y también de la vía por la que se circula, a fin de minimizar las consecuencias de una potencial caída.
    El uso del casco es mayoritario en motocicleta, dado que es obligatorio, pero todavía es necesaria sensibilización para extender su uso entre bicicletas y patinetes. Hay que recordar que es obligatorio en bicicleta siempre que se circule por vías interurbanas, mientras que para menores de 16 años es obligatorio en cualquier tipo de vía. La regulación relativa a patinetes es competencia de cada ayuntamiento. Entre las personas usuarias de motos, los esfuerzos se deben centrar en la sensibilización sobre el uso de otros medios de protección como son los guantes y la ropa de protección.

Figura 4. Elementos de protección en el uso de la motocicleta (DGT).

Aspectos técnicos y mantenimiento preventivo del vehículo.

  • Seguridad activa.

Desde un punto de vista técnico, la implantación generalizada de dispositivos de seguridad activa en motocicletas, como el sistema ABS que evita el bloqueo de las ruedas en caso de frenada, o el sistema CBS que distribuye la fuerza de frenada entre las ruedas favoreciendo que mantenga la trayectoria y la estabilidad durante la frenada, deben contribuir a la reducción de accidentes por caída en maniobras que impliquen una frenada de emergencia. Dado que el sistema ABS es obligatorio en motocicletas fabricadas a partir de 2017, y el CBS en las de menor cilindrada (inferior a 125 cc), la progresiva renovación del parque de motocicletas debe ir acompañada de un avance en esta materia. Estos sistemas, en concreto el ABS, también está presente en algún modelo de patinete eléctrico.

Por otro lado, en cuanto a las características técnicas y de diseño de los vehículos, algunos fabricantes de motocicletas comercializan triciclos que, a pesar de la incorporación de una tercera rueda en el eje delantero, conservan las dimensiones y gran parte de las características del vehículo de dos ruedas, pero incrementando de manera significativa la estabilidad. 

  • Mantenimiento preventivo 

El mantenimiento preventivo es fundamental para mantener en el tiempo el correcto funcionamiento de cualquier máquina. En el caso de los vehículos para el transporte de personas, este mantenimiento influye de manera directa en la seguridad de los ocupantes, por lo que es importante respetar las pautas de mantenimiento establecidas por el fabricante.

Además, es recomendable revisar regularmente los siguientes elementos:

o   Estado de los neumáticos. Presión adecuada, nivel de desgaste y estado de la goma (ausencia de grietas). Un deficiente estado de los neumáticos puede comprometer de manera muy significativa la adherencia, especialmente en condiciones desfavorables como la lluvia.

o   Frenos. Deben funcionar de manera progresiva. Cuando es necesario accionar las manetas hasta cerca del final de su recorrido o éstas ejercen un nivel de resistencia variable, menor tras realizar varias frenadas, pueden ser síntomas de un mal estado del sistema de frenado. Tampoco deberían emitir ruidos al accionarlos.

o   Iluminación. El sistema de iluminación debe funcionar correctamente, para garantizar la visibilidad del vehículo por parte del resto de vehículos.

o   Sistema de dirección. Debe transmitir sensación de firmeza y consistencia, no debe presentar holguras ni tampoco debe emitir ruidos al girar o al pasar sobre baches.

 

Sensibilización de todas las personas conductoras

  • Se debe avanzar hacia la concienciación colectiva de todas las personas conductoras sobre la necesidad de prestar especial respeto hacia los vehículos de dos ruedas con los que se comparte la vía.

 

Recuerda, los vehículos de dos ruedas son más vulnerables. Actúa con respeto y prudencia, tanto a sus mandos como cuando circules a su lado.