Envejecimiento activo: un nuevo enfoque de la salud en el trabajo
WorkingAge es un proyecto llevado a cabo en el periodo 2019-2022 por parte de un consorcio europeo coordinado por el ITCL Centro Tecnológico. Este proyecto ha recibido financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea en virtud del acuerdo de subvención n.º 826232.
Objetivo
El objetivo de este proyecto es obtener una mayor comprensión de la salud y bienestar en el trabajo y de los factores que pueden inhibir o deteriorar el empleo prolongado, de forma que se puedan conseguir condiciones de vida deseables en edades avanzadas, que se caractericen por la autonomía y calidad de vida.
Para ello, se ha optado por aplicar el uso de sensores en el entorno de trabajo combinados con una App que proporciona a las personas información y recomendaciones sobre los factores que pueden influir en su salud. Posteriormente, se han llevado a cabo pruebas de campo en tres sectores: industria, teletrabajo y oficinas. Mutua Universal ha participado en el sector de oficinas, a través de un grupo de personas empleadas que voluntariamente han aceptado colaborar.
La idea es ver cómo la información que se proporciona a cada participante influye en la adopción de pautas y hábitos saludables.
Durante las pruebas en campo, un grupo de personas voluntarias, de edades comprendidas en la franja entre 45 y 65 años de edad, utilizó los sensores y aportó sus experiencias mediante respuestas a cuestionarios de diferente índole.
Parámetros de las pruebas
Los parámetros que se han trabajado en las pruebas han sido:
- Aspectos posturales. Mediante el uso de una cámara, un sistema informático y el App instalado en el teléfono móvil, la persona usuaria ve en tiempo real su postura, recibe una valoración de si es correcta o no y puede corregirla. Es preciso indicar que todos los puestos de trabajo están ergonómicamente diseñados y, por tanto, la aparición de dolencias derivadas del trabajo proviene exclusivamente de la adopción de posturas inadecuadas por uso inadecuado de los medios disponibles. En consecuencia, se trata de un instrumento de reeducación.
- Aspectos psicosociales. Mediante el uso de diversos sensores (cámara facial, micrófono para la captación de la voz, sensor de nivel de ruido ambiental, electroencefalografía, medida del ritmo cardíaco, seguimiento ocular y cuestionarios periódicos), el sistema evalúa la existencia de carga mental o emocional. De la misma manera que en el caso anterior, ello permite a la persona aprender a conocerse y aplicar mecanismos de ajuste que estén en su mano, como pausas, alternancia de tareas o aplicación de técnicas de auto-relajación, para equilibrar las cargas detectadas. Podría decirse que se trata de un instrumento de autoconocimiento y autogestión de las cargas a nivel individual.
- Aspectos del entorno. Se han aplicado sensores de iluminación, de temperatura, de humedad y de ruido. En las instalaciones en las que se encuentran las personas usuarias, la iluminación general es adecuada, pero es posible que se precise aplicar un refuerzo local. Respecto a la temperatura, está regulada en un rango adecuado, pero permite ajuste por parte de la persona. La humedad no permite ajuste por los usuarios, pero generalmente se mantiene en el rango adecuado. El nivel de ruido del entorno procede de las propias personas usuarias (conversaciones, particularmente desde la pandemia por COVID-19 muchas reuniones se llevan a cabo de forma virtual, implicando que varias personas pueden estar hablando en sus mesas por participar en este tipo de reuniones).
En consecuencia, salvo la humedad, los demás parámetros pueden ser parcialmente ajustados por la persona para mejorar el nivel de confort. Ninguno de los factores analizados está en la zona de riesgo para la salud. Podría decirse como conclusión que se trata de un instrumento más bien informativo ya que las condiciones no han requerido apenas corrección. - Hábitos de alimentación. Básicamente se ha explorado la ingesta de agua. En este caso, no es posible usar un sensor para determinar el nivel de ingesta, por lo cual se ha utilizado una pregunta periódica relativa al número de vasos de agua que cada persona bebe al día. Se trata, pues, de un instrumento de sensibilización y reeducación.
- Actividad física. El sistema utiliza una pulsera de actividad que mide el número de pasos diarios y lo confronta con los objetivos que la propia persona se ha puesto a sí misma. Las personas que se pusieron este tipo de objetivos manifestaron, al final de las pruebas, que les había sido muy útil para mantener la disciplina de andar cada día un determinado número de pasos, cumpliendo con sus objetivos de actividad.
- Cantidad y calidad del sueño. Finalmente, el sistema utiliza la pulsera de actividad también para medir la cantidad de sueño diario.
Complementando el App con la aplicación de la propia pulsera, la persona usuaria puede conocer la calidad y tipo de sueño, lo cual le permite intentar pautas de mejora.
Este proyecto aporta
En resumen, este proyecto aporta un enfoque novedoso que permite:
- Analizar y actuar a nivel individual, como complemento a las evaluaciones de riesgos por puestos de trabajo, que tratan el conjunto, pero no necesariamente la individualidad.
- Tener una visión completa de las diferentes facetas que influyen en la salud de la persona en el trabajo, ampliándola con el comportamiento fuera de las horas de trabajo, que puede compensar (o no) las condiciones en horas de trabajo. Por ejemplo, la actividad física al salir del trabajo compensa en parte el sedentarismo durante las horas de trabajo.
- Empoderar a las personas, poniendo en sus manos las acciones que mejoran su calidad de vida en el trabajo a nivel de salud.
- Ampliar el conocimiento de la situación de cada persona y el autoconocimiento en relación a cómo la afectan las condiciones de su puesto de trabajo.
- Mejorar la participación e implicación de las personas en la salud en el trabajo y fuera del mismo.
El futuro
En el futuro, este tipo de iniciativas ha de ganar terreno, básicamente gracias a los avances tecnológicos, que permitirán sensores mejor integrados, y al hecho de que los aspectos más básicos relacionados con la seguridad y salud se hayan aplicado ya al diseño de los puestos y el avance en la salud dependerá más de las propias personas que de las instalaciones en sí.