Extintores de incendios. ¿Cómo seleccionar el adecuado y cómo utilizarlo?

Publicado el: 30/10/2024
Por: Darío Pérez Sánchez. Dirección Técnica I+D. Mutua Universal
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El riesgo de incendio está presente en cualquier actividad cotidiana, ya sea doméstica o profesional, aunque es más o menos relevante en función de las características del emplazamiento en que te encuentres y de lo que se realice en él (tipo de actividad, materiales y formas de energía que se utilizan, etc). Dado que el fuego te puede sorprender en cualquier momento, te vamos a ayudar a conocer cómo utilizar un extintor de incendios. Pero antes, veamos algunos conceptos esenciales sobre el fuego que te permitirán entender su naturaleza y por qué se produce su extinción, como paso previo a conocer el extintor y su uso.

Parte 1: El fuego


1. ¿Qué es y cuáles son sus componentes?

El fuego es una combustión, una reacción química en la que se desprende gran cantidad de energía, fundamentalmente en forma de luz y de calor.

En ella interviene un combustible (papel, madera, alcohol, gas natural, etc), que reacciona con una sustancia oxidante denominada comburente (habitualmente el oxígeno del aire), y dicha reacción da comienzo debido a un aporte inicial de energía (calor, chispas, etc), que puede ser intencionado o accidental. Además, para que dicho fuego tenga continuidad en el tiempo y evolucione en el espacio, como ocurre en un incendio, es necesario que se produzca una reacción en cadena que proporcione un aporte continuado de energía para que la combustión sea autosoportada. Todos estos elementos conforman lo que denominamos tetraedro del fuego, pues la ausencia de tan solo uno de ellos imposibilita la continuidad del fuego, haciendo que se extinga.


¿Cuáles son los mecanismos de extinción del fuego?

Como ya hemos mencionado, la extinción de un fuego se produce por la eliminación de uno o varios de los componentes que conforman el tetraedro del fuego, en lo que denominamos mecanismos de extinción del fuego. Veamos cuáles son y en qué consisten:  

Eliminación o dilución del combustible. Consiste en eliminar el combustible, interrumpir su aporte  o procurar su dilución (en el caso de líquidos o gases). Por ejemplo, en los fuegos en los que interviene un gas combustible, una manera definitiva de extinción es la interrupción del suministro mediante el cierre de la válvula o la llave de paso.  


Sofocación. Consiste en eliminar el comburente o evitar que éste entre en contacto con el combustible. El ejemplo paradigmático de este mecanismo de extinción lo encontramos al utilizar una tapadera o un trapo húmedo para cubrir el fuego en una sartén; el fuego se apaga casi de manera instantánea, una vez se consume el aire dentro del volumen de la sartén.  


Enfriamiento. Se actúa sobre la energía de activación, reduciendo la temperatura del combustible por debajo de su punto de ignición. Por ejemplo, participa este mecanismo de extinción al proyectar agua sobre el fuego, pues ésta actúa fundamentalmente por enfriamiento.  


 

Inhibición. La actuación consiste en interrumpir la reacción en cadena mediante la utilización de sustancias químicas específicas. Los extintores más habituales actúan fundamentalmente por inhibición, si bien algunos actúan también de manera simultánea por sofocación.


2. ¿Cómo se clasifican los fuegos?

Aunque los fuegos se pueden clasificar teniendo en cuenta distintos criterios, como la velocidad con la que se produce la combustión o las dimensiones que alcanzan, la clasificación normalizada es la establecida por la norma UNE EN-2, que clasifica los fuegos en función de la naturaleza del combustible. Esta misma clasificación es la adoptada también en el diseño e identificación de los extintores, por lo que es importante que la conozcas:

                            


Parte 2: El extintor de incendios

Un extintor de incendios es un aparato portátil que contiene una sustancia denominada agente extintor, cuya función es la extinción del fuego al ser proyectada sobre éste. La proyección del agente extintor se produce por la liberación de presión al accionar la palanca del extintor, por la descompresión del propio agente extintor o de un gas impulsor, habitualmente nitrógeno o dióxido de carbono. 

Debido a su facilidad de uso y a su eficacia, particularmente en las primeras fases de un incendio, la presencia de extintores está establecida por normativa en cualquier edificación, y los encontraremos habitualmente a menos de 15 m desde cualquier punto en que nos encontremos.


3. ¿Qué tipos de extintores hay y qué partes se identifican en su exterior?

Los extintores se clasifican en función del agente extintor que contienen y de las clases de fuego que pueden extinguir. A continuación, te mostramos los más comunes indicando en cada caso la clase de fuego que pueden extinguir y el tipo de combustible asociado, de entre los que destaca por su polivalencia el de polvo ABC: 

            

En cuanto a las partes del extintor, utilizaremos como referencia representativa un extintor de polvo ABC para mostrártelas. 

                                           

Es interesante que conozcas que el extintor de CO2, a diferencia del de polvo ABC, dispone de una boquilla en forma de campana y no cuenta con manómetro.


4. ¿Cómo seleccionar el extintor adecuado?

Para seleccionar un extintor adecuado es necesario, además de identificar la clase de fuego que pretendes extinguir, saber interpretar la información contenida en la etiqueta del extintor. En ella verás representadas de manera gráfica las clases de fuego para las que ha sido concebido, mediante sus correspondientes pictogramas. Además, encontrarás otra información de utilidad, como unas breves instrucciones para su uso e información adicional sobre precauciones a tener en cuenta en su uso.


5. Y ahora, pasemos de la teoría a la práctica: ¿cómo deberías actuar en caso de descubrir un incendio?


En caso de que no tengas éxito en la extinción, procede a la evacuación del lugar siguiendo el procedimiento establecido en el centro.

Recuerda que el extintor usado, aunque no haya sido completamente agotado, debe ser remitido a la empresa mantenedora para su revisión y puesta de nuevo en servicio.